La de Sandra es, ante todo, una ganadería familiar. Fundada por sus padres, Tino y Salomé, la anterior titular y recientemente fallecida. Él es de Begega pero ella tenía sus orígenes en el Llamardal (Somiedo). Esa línea somedana es la que les permite disfrutar de los pastos en la braña del vecino concejo. Tino y Salomé compraron en los años 80, cuando ya habían nacido sus tres hijos, el Palacio de Begega, una casona imponente que es ahora el hogar familiar y en cuyo entorno se encuentran las instalaciones de la ganadería.
Una ganadería que oscila entre los 150 y 160 animales, de los que 80 son reproductoras y dos sementales. Anualmente, la media de terneros se sitúa entre 50 y 60 de los que suelen dejar dos para criar y el resto los venden directamente a matadero. Todos sus animales están dentro de la Indicación Geográfica Protegida Ternera Asturiana.
Sandra Salgado Fernández compagina a sus 40 años su actividad profesional como titular de una explotación de Asturianas con 150 animales en Begega, Belmonte de Miranda y con su papel de madre de dos niños, Borja de 6 años que ya hace sus pinitos en el manejo de los animales e Illán, de apenas cuatro meses. Ganadera por tradición familiar, cuenta con su hermano Tino como titular asociado. Su padre y su tío les ayudan a ella y a su marido, Marci, a conciliar trabajo y familia.
La explotación cuenta también con una buena base territorial, entre los terrenos de la familia y los que son propiedad particular de Sandra, superan las 50 hectáreas casi todas en las inmediaciones de la casa familiar, destacando especialmente la finca que tienen frente a la vivienda, grande, llana, donde pasta el ganado hasta que llegue el invierno y con él la estabulación. Cuatro meses suelen estar en la cuadra –de diciembre a marzo- y para dar cabida a toda su cabaña cuentan con una nave amplia que incluye la cuadra vieja, sumando en total más de 80 amarres.
Entre mayo y junio las suben a Somiedo donde están hasta finales de septiembre. Sandra pertenece a una generación de ganaderos jóvenes, que bien por vocación o por otros motivos, han elegido permanecer en el medio rural y mantener la explotación familiar, pero manteniéndose conectada con la realidad de su tiempo. Siempre fue, como ella misma reconoce, una buena estudiante, “me gustaban los libros más que a mi hermana, cuando llegaba los viernes lo primero era hacer los deberes”, pero al terminar sus estudios de Administración en Cangas se tuvo que poner como titular de la explotación, solicitar la ayuda por primera instalación y quedarse en la casa familiar con sus padres. “Nací entre las vacas y aquí decidí quedarme”.
Con esa formación ha intentado gestionar de manera más profesional la explotación pero sobre todo no renunciar a estar conectada con el mundo, para ello cuenta con su propia conexión a Internet vía satélite, esencial para que el pequeño Borja pueda hacer las tareas que trae del colegio. Está cursando primero de Primaria en Belmonte donde pasa su jornada escolar desde las 9 de la mañana hasta las cinco de la tarde en que regresa a Begega.
Es junto a otra niña, los únicos en edad escolar que viven en el pueblo. Pero Internet es también un aliciente importante para Sandra, ya que le permite mantenerse en contacto con el resto del mundo desde la pantalla de su ordenador. Joven y dinámica, Sandra cuenta con la colaboración de sus hermanos, Tino como ganadero titular asociado y Leya, que vive en Oviedo, y que también mantiene fuertes vínculos con la explotación familiar.
Ella va a dar un paso más en diversificación del negocio con la apertura en breve de una carnicería en la zona de La Estrecha donde se podrá comprar la rica carne de Ternera Asturiana que sus hermanos crían en Begega.
Sandra Salgado y su hijo Borja ataviado con la funda de trabajo dispuestos a dedicar la mañana del sábado, que no hay colegio, a las labores de la ganadería que cuenta con una amplia superficie para estabulación en el pueblo de Begega.